La crisis capitalista sigue descargando toda su agresividad sobre la
clase obrera y las capas populares. La destrucción de empleo continúa
caminando hacia los seis millones de parados. De éstos, muchos no cobran
el paro y al ser el sistema incapaz de remontar la crisis las pocas
reservas se agotan. El grado de desesperación aumenta, mas cuando crece
el número de familias en el que todos sus miembros están en paro
llegando, según la encuesta de población activa, a 1.737.600.
Las agresiones se multiplican y se extienden a toda la clase obrera: despidos, precariedad, recortes de salarios, eliminación de conquistas y derechos de todo tipo... Desahucios exigidos por los bancos con la inestimable colaboración judicial, dejando tirados en la calle a niños, ancianos o enfermos. Todo ello después de aplicar contrarreforma laboral tras contrarreforma laboral, recorte tras recorte, subidas de I.R.P.F. a los trabajadores, subida de impuestos constantes para los trabajadores y capas populares como el IVA y subida de precios a todo consumo básico para la población (alimentación, medicamentos, transporte, energía...)
Por el contrario, a las grandes fortunas, a los bancos, a los banqueros y a los directivos de las grandes empresas, después de cinco años de crisis provocada por ellos, no se les ha tocado ni un pelo. Se les ha premiado con una amnistía por cometer fraude fiscal y evasión de capitales. Este gobierno del reaccionario Partido Popular ha reforzado la dictadura dentro de las empresas a manos del sector más corrupto y parasitario de la sociedad como lo son los grandes capitalistas y el capitalismo en general.
Las agresiones se multiplican y se extienden a toda la clase obrera: despidos, precariedad, recortes de salarios, eliminación de conquistas y derechos de todo tipo... Desahucios exigidos por los bancos con la inestimable colaboración judicial, dejando tirados en la calle a niños, ancianos o enfermos. Todo ello después de aplicar contrarreforma laboral tras contrarreforma laboral, recorte tras recorte, subidas de I.R.P.F. a los trabajadores, subida de impuestos constantes para los trabajadores y capas populares como el IVA y subida de precios a todo consumo básico para la población (alimentación, medicamentos, transporte, energía...)
Por el contrario, a las grandes fortunas, a los bancos, a los banqueros y a los directivos de las grandes empresas, después de cinco años de crisis provocada por ellos, no se les ha tocado ni un pelo. Se les ha premiado con una amnistía por cometer fraude fiscal y evasión de capitales. Este gobierno del reaccionario Partido Popular ha reforzado la dictadura dentro de las empresas a manos del sector más corrupto y parasitario de la sociedad como lo son los grandes capitalistas y el capitalismo en general.
Todos los gobiernos de la transición han engañado miserablemente al
pueblo haciendo lo contrario de lo que prometieron en las diversas
campañas electorales, desde la "OTAN de entrada no", hasta el gobierno
de Rajoy que es el más falso y embustero que el pueblo podía imaginar.
¡Un puro fraude!
Este sistema no tiene reforma posible, sólo su transformación en otro
sistema que se base en la socialización de los grandes medios de
producción, comenzando por su nacionalización, incluida la tierra.
Las respuestas de los trabajadores están siendo muy importantes
sucediéndose de forma generalizada: los mineros hicieron una gran
demostración de fuerza, todos los trabajadores del sector público se han
movilizado diariamente y muchísima gente está saliendo a la calle
plantando cara a la situación con todo derecho y legitimidad.
Los jornaleros andaluces encabezados por el SAT están llevando a cabo
una serie de movilizaciones muy importantes que van desde la entrada en
supermercados, en bancos, en fincas, con marchas y manifestaciones,
poniendo sobre la mesa varias cuestiones entre las que destacaríamos:
-que la lucha es un elemento imprescindible para defendernos,
-que la impunidad de los ricos no es inamovible como los que viven del cuento quieren hacernos ver,
-que la complicidad de todos los elementos del sistema (partidos, sindicatos del sistema, jueces, policía, charlatanes contertulios, medios de comunicación...), salen como perros rabiosos en defensa de la impunidad de las agresiones al pueblo, de los privilegios de los ricos, de la corrupción más absoluta y del capitalismo decadente y terminal.
La Coordinadora Sindical de Clase (CSC) apoya y se solidariza con todas
estas luchas y movilizaciones, teniendo claro que es el único camino que
nos queda para defendernos como clase. Nuestro trabajo está encaminado a
potenciar la movilización de los trabajadores coordinando lo más
posible dichas movilizaciones con las organizaciones sindicales,
políticas y sociales con las que venimos trabajando con el fin de
unificar y profundizar las luchas. Tomar la calle, manifestarse, son
clave para la toma de conciencia y acumular fuerzas para las batallas
decisivas de la clase obrera y del pueblo que se darán con toda
probabilidad.
En este sentido, apostamos porque la gran cita de masas y de lucha tiene
que ser Huelga General, que bien podría coincidir con la convocada en
Euskadi para finales de Septiembre.
En medio de la complejidad de la situación en la que nos movemos, la CSC
trabaja activamente por implantar el sindicalismo de clase
extendiéndolo al conjunto del estado, haciendo un llamamiento a los
trabajadores a apoyar este proceso imprescindible si queremos avanzar y
consolidar posiciones. Ya hay sectores que van comprendiendo y
acercándose a este proceso que será irreversible para salir del pantano y
la parálisis en la que a lo largo de los años nos han metido los dos
sindicatos que hoy son súbditos y correa de transmisión de los gobiernos
de turno y de los empresarios, asumiendo y transmitiendo los peores
vicios de este sistema.
Viva la lucha de la clase obrera
Solidaridad con los jornaleros andaluces
Por la Huelga General
Por el Sindicalismo de Clase
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